El título que encabeza estas letras corresponde a un libro que acaba de publicar Albert Jovell, un médico que hace 10 años fue diagnosticado de cáncer.
En él cuenta su experiencia personal y hace una defensa cerrada de la sanidad pública y de la no siempre satisfactoria relación médico- paciente.
Pero de su libro me ha interesado un aspecto en el que antes no había reparado, el debate de si el enfermo debe o no hacer pública su enfermedad o tiene la obligación moral de compartir su experiencia.
Tengo una amiga que tiene cáncer de mama desde hace 10 años. Nunca acude a dar testimonio cuando se lo piden. Tiene pudor o miedo. O las dos cosas.
Hace unos días compartí en la Escuela Andaluza de Salud Pública un encuentro con enfermos que ayudan a otros enfermos; con pacientes que se convierten en maestros para mostrar el camino ya recorrido, para ahorrar incertidumbres, para evitar miedos innecesarios, para explicar con sencillas palabras lo que les espera, para echar otra mano en la curación.
Le he hablado a mi amiga de ese encuentro… y le he regalado el libro de Jovell que, por cierto, tiene claro que dar testimonio y compartir su experiencia es una obligación.
Las personas que conocí en el encuentro ya lo sabían.
MAITE CHACÓN
Éste vídeo recoge la experiencia de la que nos habla Maite Chacón, el I Congreso de la Escuela de Pacientes, celebrado el 20 de enero en Granada, y en el que pacientes compartieron su experiencia con determinadas enfermedades.
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