lunes, 31 de marzo de 2014

Mi experiencia como formador en el programa Paciente Activo / Paziente Bizia por Juan Carlos Mendizábal #6cronico #1activos



Juan Carlos Mendizábal es un paciente formador del Programa Paciente Activo-Paziente Bizia. de Osakidetza y nos escribe sobre su participación como paciente en la 1ª Conferencia Nacional de Pacienets Activos celebrada en Sevilla . 





 La vida da oportunidades, y a mí, además de las normales, me da dos veces al año, cuando participo como monitor a los cursos del programa paciente activo, unas cuantas oportunidades más:


Dos veces al año durante seis semanas tengo la oportunidad de encontrarme con personas que desconocía, y que posiblemente no hubiese conocido, con las que comparto un factor (la diabetes) que ponemos en común para mejorar la calidad de nuestra vida cotidiana. Ser formador me regala el conocer a todas esas personas que me ayudan a crecer.

Dos veces al año durante seis semanas tengo la posibilidad de recordar y compartir con otros qué es lo importante de verdad en mi vida, y qué puedo hacer para que la diabetes no me impida ni me limite para desarrollar lo más plenamente posible las cosas y actividades que dan sentido a mi vida.

Dos veces al año durante seis semanas puedo valorar con otros dónde estoy, dónde quiero estar, qué puedo hacer para llegar allí y qué tengo que poner en juego para que mi diabetes no se convierta en un obstáculo insalvable.

Dos veces al año durante seis semanas puedo aprender junto con otros nuevas cosas, recursos, herramientas y habilidades para convivir con mi diabetes sin que sea ella quien tome el control de mi vida.

Dos veces al año durante seis semanas aprendo a alcanzar y a hacer realidad lo que me propongo para vivir mi vida como quiero y con buena calidad de vida contando para ello  con la ayuda de otros que también lo hacen.

Dos veces al año durante seis semanas recuerdo que cuando los hábitos que he ido desarrollando para el buen control de mi salud y mi vida flojean o se han quedado olvidados en medio del día a día, puedo retomarlos y volver a ellos porque si ya fui capaz de hacerlo antes también puedo recuperarlo ahora.

Dos veces al año durante seis semanas puedo hablar de mi diabetes y compartirla con otros sin que ella sea la protagonista absoluta de mi vida, que sigue estando en mis manos.


Dos veces al año durante seis semanas comparto la vida con otros diabéticos sin que aquello sea una reunión de enfermos que sólo se cuentan desgracias. Durante esas seis semanas, dos veces al año, somos, para intentar seguir siéndolo siempre, personas que queremos vivir nuestras vidas plenamente y sabiendo que nuestra limitación, por muy crónica que sea,  no es el centro de nuestra vida.

domingo, 30 de marzo de 2014

Buscar nuestra propia forma de disfrutar del cuerpo y la sexualidad #6cronico #1activos



Paloma Ruiz, compañera de este proyecto Escuela de Pacientes, se acerca hoy a este blog como psicóloga, experta en temas de sexualidad y nos aporta un punto de vista muy interesante para la vida sexual de los pacientes crónicos. Paloma es psicóloga y es responsable de varias de las aulas de la escuela de pacientes.


 Hace poco leí en el periódico una noticia con un triste final para los enamorados de todo el mundo: los llamados "candados del amor", que las parejas empezaron a colocar en el puente Milvio de Roma imitando a los protagonistas del libro del italiano Federico Moccia "Ho voglia di te" (Tengo ganas de ti), iban a ser retirados y no podrían volver a colgarse.  

Por lo visto, el ayuntamiento tuvo que colocar veinticuatro columnas de metal a lo largo del puente para que los enamorados pudiesen colgarlos, pero, al no caber ni uno más, los pequeños candados comenzaban a desbordarse por todo el puente, contaminado así las aguas que previamente custodiaban. A esto hay que sumarle la cuestión de la seguridad, pues el peso de la gran masa de hierro hacía peligrar la estabilidad de las farolas y de los muros.

Lo cierto es que desconocía la existencia de esta práctica convertida en tradición desde hace ya varios años, consumada no sólo en Roma sino extendida a los puentes de todas partes. Pero, dejando a un lado sus posibles consecuencias medioambientales y de seguridad, lo que llamó poderosamente mi atención fue el hecho de que esta férrea epidemia respondía a una necesidad de significar el propio amor a través del acto romántico de otras personas. Lo triste del artículo no era que esta moda tuviera que acabar, sino que se tratara de una imitación.

Hemos llegado a punto en el que precisamos de lo que otros hacen para reafirmarnos en lo que hacemos nosotros. Carecemos de modelos propios, y para seguir funcionado con (aparente y habituada) normalidad, reproducimos todo aquello que hemos visto y que nos han enseñado. Nos hemos convertido en unos plagiadores profesionales, orgullosos e ignorantes de serlo.

Esto no pasa únicamente en el tema del amor, también, y no menos importante, es la parcela de nuestra vida sexual. Nos han dicho que debemos practicar mucho sexo, cuantos más, mejor; aguantar todo lo posible durante los encuentros; sorprender a nuestro acompañante con posturas y piruetas que bien podrían trasladarse al interior de la carpa de un circo... Pero, ni esto es posible, ni tampoco todos somos iguales. Nuestra singularidad, aquello que somos, sentimos y experimentamos de manera única y que nadie más puede llegar a vislumbrar en su totalidad, requiere de tiempo, atención y, por supuesto, muchos mimos. Por este motivo, entender y asumir quienes somos y trasladarlo al universo de nuestra sexualidad es una tarea indispensable para poder vivenciar nuestros encuentros de una manera con la que, simplemente, nos sintamos y hagamos sentir bien. 



Muchos pacientes crónicos han sido testigos de cómo su vida sexual sufría cambios que demandaban una urgente adaptación. Los modelos aprendidos durante generaciones ya no les sirven, y ante la falta de uno propio, la idea de que la sexualidad ya no es para ellos comenzaría coqueteando con sus pensamientos para más tarde llegar a asentarse. Pero no podemos equivocarnos, sería injusto y poco realista. Para empezar, porque no es que los viejos modelos no les sirvan, es que no le sirven a nadie. Y, en segundo lugar, porque debemos tener en cuenta nuestra individualidad, siempre en constante evolución, bien por condicionamientos externos (como puede ser una enfermedad), o bien por nuestro inabarcable y cambiante mundo interior.

Durante mi ejercicio como psicóloga, en estos años he recibido numerosas consultas relacionadas con la sexualidad. Algunas de las cuestiones más solicitadas han sido: “¿Cómo puedo disfrutar y hacer disfrutar a mi pareja ante X circunstancia que nos sucede?” “¿Cómo innovar para no caer en la rutina?” “A mi pareja no le gusta X práctica, ¿entonces qué hago?”… Cuando, en realidad, todas estas preguntas responden a una sola: ¿Cómo superar el miedo? 

De una u otra forma todos somos pacientes. Existe una casuística personal en cada uno de nosotros, sí, pero coincidimos en algo: somos pacientes del miedo. Y éste no puede hacer que nos alejemos de algo tan importante como es nuestra sexualidad. Prescindir de ella supondría despojarnos de una parte esencial de nosotros mismos repleta de beneficios, incluidos para la salud.

Adaptarnos a los continuos cambios, por supuesto, es una tarea de gran envergadura que requiere de mucha valentía. Y, de nuevo, nos encontramos con que somos distintos y nuestras circunstancias también lo son. En algunos casos la transición hacia la reconquista de nuestra sexualidad, cuando ésta se encuentra dificultada, deberá ser más lenta que en otros. Pero claudicar nunca debe ser la opción: hay demasiados placeres terapéuticos en juego.     


No pongamos más candados en puentes, por favor. Y busquemos nuestra propia forma de disfrutar de nuestro cuerpo y sexualidad, aunque creamos que es diferente a la de los demás. Siempre lo es, eso es lo mejor de todo.

ALZHEIMER NAVIDEÑO y LA ÚLTIMA CITA, dos microrelatos del premio Albert Jovell de #6cronico #1activos



ALZHEIMER NAVIDEÑO


Ande, ande, cogeré el andador. Caminaré por los pasillos porque una pandereta suena. No, aquí no hay chiquirritines. Todas las noches, son noches de paz, al llegar  las nueve  apagan las luces y  no, no suena una campana sobre campana sino   un timbre que nos avisa que debemos acostarnos. Mis descolocadas neuronas no me permiten recordar  el dime niño de quien eres al intentar identificar a mi nieto. En el taller de costura yo me remendaré el traje y lavaré mi ropa en la lavandería como la Virgen. No sé donde esta mi casa, soy incapaz de cumplir la máxima” ven a mi casa esta Navidad” mi hogar es este Hospital de enfermos mentales en cuyo portal hay una pecera donde observo a los peces, pero no, estos no beben del río. El niño Dios para mí es el Doctor, aunque tenga el pelo blanco y muchos años me transmite confianza. Esta noche es Nochebuena, vendrán los pastores, no llevaran chalecos de borreguito, irán vestidos con impecables trajes blancos, son los enfermeros y auxiliares y escucho la voz de los Reyes Magos, llegan tres voluntarios. Antes de acostarme enciendo la única lamparilla de mi mesilla de noche, una botella de agua sustituye a la bota ya que no me voy a emborrachar. Las tabletas son medicinas, no turrones. Ya en mi cama sonrío tatareando al niño que está en la cuna.



Cogió el enorme bolso del suelo, recogió las llaves, las pastillas y el móvil de la mesa y cerró con esfuerzo la pesada puerta del piso. Mientras bajaba en el ascensor observó su imagen en el espejo, llevaba su pañuelo favorito, el que le regaló su hombre hace ya tantos años, y una sonrisa nostálgica la acompañó hasta la planta baja.
Ya en la calle fue recibida por la brisa templada que llegaba desde el mar, se dirigió hacia el paseo marítimo, bajó con cuidado las empinadas escaleras de la playa y descalzándose caminó hacia el Castillo de Santa Catalina sintiendo la arena entre sus dedos y maravillándose, como cada día de sus sesenta y ocho años por la belleza con la que se asomaba su Cádiz al infinito mar.
 Desvió sus pasos por las estrechas callejuelas, y respirando con dificultad, paró unos minutos para recuperar el aliento antes de entrar en el edificio del Casino Gaditano.
En el interior se encontraban sus  tres hijas formando corrillo y hablando con rostro serio, nada más verla una sonrisa iluminó sus caras,  lanzándose a saludarla con besos y abrazos interminables.
.- ¡Mamá! ¿No se te habrá ocurrido venir andando?- dijo Estrella con tono indignado- Es que no puedo contigo…
.-Déjala que ella sabe lo que hace- dijo su cariñosa y comprensiva hija Merche.
María, la mayor, la miró  seriamente con sus vivos ojos brillando por las lágrimas,  cogió su mano y la condujo hacia el impresionante patio central, -mira Mamá han venido todos…-
Entre las columnas del patio, alrededor de una gran mesa dispuesta, se encontraban charlando o correteando, según correspondía a la edad de cada uno,  sus yernos y  nietos. Le encantó el aire festivo que se respiraba, algunos de ellos llevaban meses sin verse y las voces y las risas llenaban de vida el antiguo edificio.
A todos saludó y abrazó, compartiendo anécdotas y novedades,  bebiendo el cariño y la vida que de todos ellos emanaba,  y cuando, cerca ya de la medianoche, la felicidad no pudo sedar ya el dolor,  dirigió una mirada cansada a sus hijas.
.- Mamá, ya es tarde, nos despedimos y te llevo a casa, que me quedo a dormir contigo-dijo la hija mayor levantándose.
.- No hace falta, he quedado con tu hijo para que me lleve…
.- ¿Con Edu?  Pues ha debido olvidársele porque ha venido en moto… ¡Mamá!
Una sonrisa traviesa se dibujó en su rostro al ver la mezcla de asombro y miedo que aparecía en la cara de su hija.
-Qué quieres –le dijo  mientras la abrazaba- es el único medio de transporte que aún no he utilizado…
Llegó a casa agotada, se acostó con la ayuda de su nieto cayendo inmediatamente en un profundo sueño - cortesía de la medicación- y soñó con su único amor. Sintió cómo venía hacia ella, sintió cómo la abrazaba y besaba como antaño,  y la muerte le llegó con la misma pasión y generosidad con la que había vivido.


  

sábado, 29 de marzo de 2014

Microrelatos basados en la confianza y la afectividad. Homenaje a Albert Jovell #6cronico #1activos



LOS MËDICOS TAMBIÉN PODEMOS SER PACIENTES

Recuerdo que las mangas le quedaban grandes y arrastraba la bata por toda la habitación, como si fuera la sábana de un fantasma de seis años. Como fonendo usaba un vaso de Yoplait de fresa. Se ponía muy serio y decía:- “Descúbrase el pecho y diga treinta y tres. A ver: tosa. Otra vez…Esto no suena bien. Esa tos no me gusta nada… hummm. Tendré que recetarle pastillas de regaliz”. 

Y así pasaba las horas muertas jugando con su Madelman de paciente improvisado. Siempre quiso ser médico y sin embargo nunca pasó de enfermo toda su vida. Y ése fue su mejor papel…

UN PORTERO PARA MI EQUIPO


Nací con una enfermedad rara en la piel de las manos. No recuerdo desde cuando empecé a frecuentar las consultas de dermatología. Creo que cuando tuve uso de razón ya era enfermo crónico. 

En la sala de espera siempre había una luz mortecina y unos nueve pacientes cuando yo llegaba de la mano de  mi padre. Él me decía que íbamos a formar un equipo de fútbol. Pero yo replicaba: “pues nos falta el portero papá, porque los equipos tienen diez jugadores y un portero”. 

El médico que me veía siempre era una persona cercana y afable. Me exploraba las lesiones con delicadeza y minuciosidad. A veces me hacía una foto de las manos y al final me daba una piruleta. Con el tiempo, su sonrisa bonachona lo fue convirtiendo en un rostro familiar para aquel niño enfermizo que era yo a los siete años. Me fui acostumbrando a la sala de espera de la consulta, al equipo de fútbol incompleto que formábamos todos los pacientes que la habitábamos y a las piruletas del Dr. Gómez-Cuervo.

Pero pasó el tiempo y las citas se fueron espaciando. Y el médico se jubiló, o algo parecido, porque no volvió a frecuentar la consulta. Su lugar lo ocupó una doctora joven que siempre andaba con prisas y no regalaba dulces a los niños. Mi padre me acabó confesando que no íbamos a formar ningún equipo. Aquello me decepcionó un poco. Y un día, sin saber por qué, dejé de echar de menos las piruletas. Supongo que crecí…

La semana pasada volví a tener cita con el dermatólogo. Había un grupo de extraños. Coincidentes habituales en la sala de espera de la consulta. Pero también alguien nuevo. Un señor mayor, un tanto decrépito. Me costó reconocerlo, pero vi en sus ojos sombríos la misma mirada bonachona del médico que me trataba de niño. Miré sus manos y se parecían a las mías, porque eran dignas de una foto, por lo deterioradas que estaban. Ahora ya no era mi médico, tan sólo un paciente más. Me senté a su lado y saqué una piruleta del bolsillo y se la di. Él, al reconocer mis manos, me miró a los ojos. Entonces comprendí que mi padre se equivocaba, porque ahora sí teníamos un portero y éramos un equipo.


Poemas basados en la confianza y la afectividad. Homenaje a Albert Jovell #6cronico #1activos


LA ESCALERA DEL AFECTO                                                                                                                                                                                                


Empuña el corazón al corazón,
oscila
entre la sal, el acero y la saliva.
Raudo, silencioso, cristalino
remueve, agita
las carpas felices de los ríos.
Alberga
una nitidez desconocida.
Jamás nos brinda la callada
 por respuesta.
Impulsa
el mimbre
curvo del latido
apartando
la invisible flor en la maleza
con la sola fuerza
 de la fuerza.
No sueña
sin el permiso
de la menta,
 y es montaña, arroz,
 trigal,
devanado ovillo
 que en el desgaste
indócil se reinventa
y alza
el soterrado furor
de la amapola,
el siniestro verdor de las heridas,
la brusca neblina
tras el espacio fugaz
que lo encandila.


DERECHOS
 

           

«El Estado de bienestar es un logro irrenunciable en España y en la Unión Europea»
MARIANO RAJOY, El País, 8 de diciembre de 2013.

«Quizá no haya un lugar que no haya sido un campo de batalla»
WISLAWA SZYMBORSKA, Fin y principio.




Tienes derecho a tener derechos,
a la emasculación precoz,
a regalarte una diabetes,
a quebrar o ser quebrado,
a morir viejo, alucinado y solo.

Tienes derecho a esconder tu miseria
en el horario establecido,
a ver a tus hijos perderse
y regresar con ojos abismados,
a que tus hombros brillen
como la rodilla de un santo,
al analfabetismo emocional.

Ya no luches.
Renuncia.


Tienes derecho a alzar la voz en mitad del grito,
a que te ladren los perros callejeros,
a enjuagarte la garganta con lejía.
a morir reventado a las puertas
del hall que tú elijas.

Piénsalo.
Es la hora.

En las cunetas despierta la hierba y no serás visto,
y con lo que le cuesta al vigía tu miseria
podremos dar entrada a un flamante ciudadano.

Sus derechos no serán distintos
pero durante unos instantes gloriosos
su futuro parecerá por escribir.

Verá la fe, será la luz,
y en lo que tarda el discreto alguacil
en cambiar el primer lacrimatorio,
su bravo corazón de cuero
brillará por unas horas nuevecito.
 



jueves, 27 de marzo de 2014

DECLARACIÓN DE GRANADA sobre la formación, información e intercambio de conocimientos y experiencias entre pacientes #1activos



Hce casi dos años, en Granada, nos juntamos aosciaciones de pacientes, sociedades científicas, pacientes, escuelas de pacientes, programas de paciente experto y/o activo e hicimos esta declaración con la participación de GPAC, PACIENTE EXPERTO. ASCO. PACIENTES, SEMFYC,. FUND. JOSEP LAPORTE-Universidad de Pacientes, SERGAS-Escuela Gallega de salud para ciudadanos, PACIENTE EXPERTO. ASOC. FEDE, COAUTOR LIBRO E-PACIENTE, FUNDACIÓN ESPAÑOLA CORAZÓN, SEMERGEN, Programa Paciente Activo PAÍS VASCO, SEOM, PROGRAMA PACIENTE EXPERTO CATALUÑA, FORUM CLINIC, “DIABETES HANDS FONDATION”, ASOC. PACIENTES FENAER, D. G. DE INNOVACIÓN. CONSEJERIA SALUD, HOSPITAL VALME, Profesionales referentes de PACIENTES, ESCUELA ANDALUZA DE SALUD PÚBLICA y ESCUELA de PACIENTES
 



 La FORMACIÓN de PACIENTE a PACIENTE  es imprescindible para mejorar la información que reciben los y las pacientes, familiares y personas cuidadoras, para conseguir una mayor conocimiento sobre su enfermedad y mejor adherencia al tratamiento, para facilitar un mejor uso de los servicios sanitarios, para conseguir una mejor relación profesional sanitario-paciente, para que los y las pacientes puedan tomar el control de sus enfermedades y en definitiva para MEJORAR SU SALUD Y SU CALIDAD DE VIDA y de las personas de su entorno.

Defendemos la Formación de los pacientes como un derecho básico que permite la participación y que fomenta la autonomía y el autocontrol. Estos elementos pueden contribuir a la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario y nos compretemos a aportar nuestro esfuerzo para conseguirlo.

Ante ello, planteamos que es importante y necesario:

  1. Incidir  en la necesidad de “pacientes proactivos”, pacientes que sean los protagonistas y actores y actrices principales de nuestro sistema sanitario, a partir de la autoresponsabilidad y el autocuidado.

  1. Considerar la formación y el reciclaje posterior de un/a paciente formador/a como una actividad importante por parte de las instituciones y sus profesionales, fomentando que se priorice en los objetivos de los centros como una actividad reglada.

  1. Fomentar que los pacientes formadores sean personas con talento, empatía y que sepan enseñar y motivar el autocuidado, transmitir conocimientos sobre la enfermedad, que sepan manejar y gestionar de forma adecuada los cuidados y que ayuden en la parte emocional del paciente.

  1. Que pacientes y familiares dispongan siempre de la información que necesitan, para poder participar activamente en las decisiones que les afectan a su vida y a su salud (información completa, clara, entendible y legible). La información, así como las vivencias y testimonios de los pacientes, son imprescindibles para poder avanzar en el autocontrol de las enfermedades.

  1. Que la seguridad del paciente sea un elemento clave en la formación de pacientes con el objetivo de conseguir un uso de medicamentos y unos cuidados más seguros.

  1. Trabajar con las asociaciones de pacientes, sociedades científicas, programas de paciente experto o activo de CC.AA., medios de comunicación y ciudadanía en general para ayudar a la difusión del proyecto de formación entre pacientes.

  1. Facilitar espacios de encuentro o comunidades donde pacientes se ayuden entre pacientes a partir de buenas prácticas, que hayan sido evaluadas y que sean compartidas entre ellos/as para ayudar a mejorar su calidad de vida.

8.     Compartir y organizar los recursos existentes sobre formación e información de y para pacientes, creando una Red de programas,  escuelas y centros de formación de pacientes, que potencie la difusión y el intercambio de buenas prácticas.

  1. Incorporar innovaciones que pueden facilitar el acceso y la formación a todos los pacientes que la necesiten, sin que sus condiciones de vida sean un obstáculo para ello.

  1. Evaluar la eficacia y el impacto de los distintos programas y métodos formativos, seleccionando aquellas estrategias y recursos con menor coste-efectividad.


Los y las pacientes, sociedades científicas y Programas que apoyan esta Declaración MANIFESTAMOS que la formación y el intercambio de conocimientos y experiencias entre pacientes permite que estos puedan “tomar las riendas” de su enfermedad y con ello, mejorar su salud. Esto es especialmente importante en las enfermedades crónicas.

Por ello, queremos manifestar que estamos comprometidos con la formación de los pacientes y que haremos todo lo que esté en nuestras manos para que cualquier persona enferma que lo necesite, pueda recibir la formación y el intercambio de conocimientos y experiencias  de “paciente a paciente” sin que sus condiciones económicas, culturales, sociales y personales sean un obstáculo para ello.

La enfermería comunitaria en el tranajo con pacientes: el caso de la ELA por Yolanda Gómez ASANEC #6cronico #1activos

Un nuevo artículo para la 1ª Conferencia Nacional de Pacientes Activos que se celebra en Sevilla y que va amarcar una tendencia en el tipo de congresos que se realizan en el mundo sanitario. En este artículo, Yolanda Gómez, presidenta de ASANEC, escribe sobre la enfermería comunitaria en el trabajo a desarrollar con pacientes, en este caso en pacientes con ELA

La ELA es la forma más frecuente de enfermedad de la motoneurona en la que, en el paciente, se demuestra evidencia tanto de degeneración de las células del asta anterior como del tracto corticoespinal. De esta manera, los datos clínicos en la ELA incluyen una combinación de signos y síntomas de primera y segunda motoneurona.

Desde Atención Primaria los Pacientes con ELA cuentan con su Enfermera Familiar y Comunitaria quienes le orientan, asesoran, cuidan y gestionan los recursos disponibles para cubrir sus necesidades dentro del Sistema Sanitario de Andalucía.
 
¿Cómo entra el paciente en contacto con Atención Primaria tras ingreso hospitalario?

A través de la Enfermera gestora de casos del hospital y Enfermera Gestora de Casos de Atención Primaria. Siempre hay comunicación telefónica .Tanto pacientes ambulatorios como ingresados realizando entre ambos profesionales la planificación al alta.

¿Qué es planificación conjunta del alta?
Conocer necesidades inmediatas del paciente, gestionar recursos. Comunicación del caso a profesionales de atención primaria y programar la atención.

¿Cuándo contactará la enfermera con el paciente con ELA?
La enfermera inicia su intervención principal cuando el paciente comienza la fase de incapacidad.

¿Y antes? ¿Qué se busca desde la primera intervención.? 

Infundir Confianza. Facilitar Acceso. Transmitir Acompañamiento .Cubrir Necesidades

Intervención en la fase inicial en el paciente de ELA

Es fundamental la función de la enfermera gestora de casos. Ser la persona referente para contactar con profesionales fuera y dentro del centro de salud. Dar a conocer los recursos y profesionales que se pueden ofertar desde AP. Mantener abiertas vías de accesibilidad, entre ellas el teléfono corporativo. Transmitir accesibilidad, confianza y tranquilidad tanto al paciente como a la familia .Cubrir las necesidades a demanda

Intervención en fase intermedia

Se inicia la discapacidad .Se oferta la atención domiciliaria .El papel de la enfermera es primordial en la atención domiciliaria .Valoración de necesidades y una propuesta de intervención.

Intervención en la fase avanzada


Coge un papel relevante la enfermera gestora de casos .Coordinación con cuidados paliativos. Información Voluntades Anticipadas. Intervenciones de enfermería en función de la complejidad de los síntomas. Apoyo en los últimos días. Potenciación de la atención domiciliaria .Se intensifica el apoyo a la familia.


miércoles, 26 de marzo de 2014

Pacientes activos para un envejecimieto activo por Margarita Maldonado #6cronicos #1activos



Este nuevo post está dedicado al envejecimiento activo y los cuidados. Margarita Maldonado es enfermera y persona muy implicada en los cuidados. Su trabajo en prevención de caídas la acerca hoy a este blog y el viernes 28 a la mesa sobre envejecimiento y cuidados en la 1ª Conferencia de Pacientes Activos


Nuestra sociedad se tiene que replantear el concepto de envejecer dando paso a una imagen más  positiva y activa de las personas mayores, lo que se define con el término de ENVEJECIMIENTO ACTIVO.



Se pretende una mejora calidad de vida de este colectivo en un entorno saludable, participativo y seguro; donde no falten las oportunidades para una plena participación en la sociedad.

Este planteamiento debe ir unido a  un cambio de paradigma en las políticas sanitarias: ATENCIÓN CENTRADA EN LA PERSONA, donde la participación ciudadana  y el modelo de decisiones compartidas cada vez estén más presentes.



El paciente pasivo como su misma etiología sugiere  pasa a ser un PACIENTE ACTIVO : que se implica en su autocuidado, que será capaz de un mejor manejo de su salud y de una mejor relación con los profesionales sanitarios, evaluando la idoneidad y calidad de la atención sanitaria que recibe.

Desde las líneas estratégicas de  la  O.M.S  se aboga por impulsar las intervenciones de educación para la salud que han demostrado su efectividad y en las que participan de forma activa las propias personas afectadas por problemas de salud de larga duración y las cuidadoras; con especial atención al autocuidado.  Marcando el fomento del autocuidado como uno de los ejes de la promoción en salud.



El EMPODERAMIENTO del paciente y su implicación en el autocuidado requiere necesariamente de información y formación.

Este empoderamiento del paciente, es asumido en situaciones de dependencia por la figura de la CUIDADORA INFORMAL.  Considerada como un agente de salud fundamental en la sostenibilidad del sistema.



Se introduce en todos los Planes integrales de Salud como un pilar  al mismo nivel que el propio paciente,  pasando a ser población diana   en las carteras  de servicios de nuestro sistema sanitario  al tiempo que se  potencia  la atención domiciliaria.

Como enfermera de familia debo brindar especial accesibilidad y formación a nuestras cuidadoras para que tomen las riendas en el autocuidado haciendo que la calidad de vida de nuestros pacientes mejore sustancialmente.   Del  mismo modo debemos proporcionarles herramientas para que vayan estableciendo estrategias para un afrontamiento saludable en el acto de cuidar.



En este contexto podría destacar la PREVENCIÓN DE CAÍDAS EN MAYORES.
Las caídas y sus consecuencias constituyen hoy en día uno de los grandes problemas de salud pública, su frecuencia, su alta mortalidad, su asociación a la inmovilización y a la pérdida de la independencia del paciente lo elevan a la categoría de Síndrome Geriátrico.
La caída accidental no es un hecho inevitable debido al azar o al envejecimiento normal del individuo, muchos factores predisponentes podrían ser reducidos o evitados a partir del momento en que el anciano adquiera conciencia de su vulnerabilidad y es importante desarrollar estrategias educativas que estimulen el compromiso de las personas mayores y sus cuidadores para corregir los factores de riesgo.

También destacable es el síndrome post-caída , que  conlleva miedo a moverse, a tener nuevas caídas, pérdida de autoestima, cambio de hábitos, dependencia horario cuidador, pocas salidas, incluso posible depresión .



Las visitas domiciliarias periódicas que realiza enfermería son un instrumento muy valioso a la hora de diseñar intervenciones que precisen reforzamiento en varias sesiones.
La enfermera de familia se encuentra en una buena posición para afrontar el desafío de la prevención de caídas.