José María se enfrenta a una nueva etapa del Camino de Santiago. En esta ocasión, ha de realizar un desvío obligado hacía una clínica para su diálisis. ¿Cómo llegó hasta la clínica? ¿Le prestaron buena atención? En este nuevo post nos responde a éstas y otras preguntas, con anécdota incluida. ¡Gracias por tus relatos José María!
José María se enfrenta a una nueva etapa del camino de Santiago. |
Continuamos con la siguiente etapa. Ésta transcurre entre
Triacastela y Sarriá, poco más de 18 Km. Xabi, mi
compañero, puso la alarma del móvil a las 7 menos cuarto, cuya melodía resultó
ser la canción de Rosario Flores “mi gato hace uyuyuyuy…” pero como duerme como
un tronco, despertó a todo el albergue y él seguía frito.
En fin, que poco
más de las 7 y cuarto ya nos pusimos en marcha. Tenía que llegar a Sarriá antes
de las 1 del mediodía, pues tenía que coger un bus a esa hora para llegar a
Lugo a tiempo a la diálisis, que estaba programada para las 2 de la tarde.
Anduvimos hasta
las 9, que nos paramos en un bar a desayunar y coger fuerzas, y proseguimos el
camino.
Los 10 primeros
km fueron muy bien pero después empecé a notar los 7 kilos y medio que pesaba
la mochila y que me obligaba a parar para descansar los hombros. Pero como
también vas caminando con otros peregrinos el viaje se te hace muy ameno.
Sobre las 12 del
mediodía, todavía faltaban 3,5 km. para llegar a Sarriá, y, sin saber dónde
estaba la estación de autobuses, me faltaba tiempo para llegar. Entonces, Javi
me comentó que me saliera del camino y anduviera por el arcén de una carretera,
para así hacer auto-stop, por lo que, en cuanto vi que se acercaba una
furgoneta de reparto, hinqué rodilla al suelo, y en posición de rezando, le
indiqué que parara… Y surtió efecto!
Le comenté mi
situación a Jose, el conductor de la furgoneta, y me tranquilizó al comentarme
que me llevaba hasta la estación. Una vez allí, me quité las botas, y con mis
chanclas fresquitas me subí al bus a las 1 hasta Lugo.
Tardó unos 40
minutos, cogí un taxi y llegué a la clínica Braun Avitum Galicia a las 2 menos
diez. La clínica tiene
una sala de espera amplia, me presento a la supervisora, y me acompaña al
despacho de la doctora, la cual me indica que debo firmar una confirmación de
datos y otra para dializarme en el centro.
Seguidamente, me
realiza un chequeo para constatar que todo está bien. La diálisis estupenda, y,
faltando una hora para acabar, le comento a una enfermera que si en el taxi de
los pacientes hay un hueco para volverme con ellos, pero me confirma que va
completo.
Cuando ya me
estaba resignando a coger el autobús de vuelta se acerca otra enfermera y me
comenta que me va a esperar, pues ella vive en Sarriá y me dejará en el
albergue.
Yo,
supercontento, me subo a su coche, y, al principio bien, pero en cuanto
entramos en la autovía, empezó a acelerar más y más, y el auto empezó a temblar
y ruidos de todos los colores y la verdad es que en más de una curva me
acordaba de la tranquilidad del autobús.
Finalmente llegué
a la puerta del albergue enterito donde mis compis me estaban esperando con la
cena, así que me duché y cené como un marqués.
En fin, que en
esta etapa pasé los nervios de ir a un centro diálisis nuevo aunque finalmente
resulta que es una diálisis como otra, y la verdad es que para ser la primera
toma de contacto con el camino, fue maravillosa.
Y en la siguiente
etapa, me hice famoso, al menos, en Noruega. ¿Cómo?
Por José María Prieto.
Si es que no se te puede dejar solo....
ResponderEliminarNo, si algo es mi vida es entretenida, y lo sabes, jajaja...
ResponderEliminarNo, si algo es mi vida es entretenida, y lo sabes, jajaja...
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