Os presentamos a José María Prieto, un paciente con insuficiencia renal que va a compartir con nosotros a través de este espacio cómo es eso de viajar estando en tratamiento de hemodiálisis. Seguro que aprendemos mucho siguiéndolo por su ruta, que nos irá explicando a través de diferentes post. Gracias José María por compartir tu historia y bienvenido a este espacio de la Escuela de Pacientes.
José María realizando el camino de Santiago. |
¿Piensas que estando en tratamiento de hemodiálisis no puedes moverte de
tu entorno?
Me llamo José María Prieto, llevo
23 años con insuficiencia renal, y quiero demostrarte que puedes (y debes)
abarcar y disfrutar de algo más que no sea tu zona habitual.
Realizar el camino de Santiago es
algo que me venía rondando por la cabeza, y, un día, sin pensármelo mucho,
contacté con Ana Martín, de la federación Nacional de ALCER. Le conté mi idea y
rápidamente buscamos hueco en un centro de diálisis de Lugo para concretar fechas.
Decidí hacer las últimas 6 etapas
del camino francés, desde Piedrafita (límite comunitario de Galicia con León)
hasta Santiago. Empecé un domingo y
terminé un viernes y lo hice junto con 2 enfermeros de mi centro de diálisis en
Marbella: Virgi y Javi
Los tres llegamos un sábado a las
5 de la tarde a Santiago (me dialicé el día anterior). Para llegar hasta
Piedrafita debíamos coger un autobús hasta Lugo y posteriormente, a las 12 de
la noche, otro que se dirigía hacia Madrid, el cual nos dejaba en el pueblo de
salida durante el trayecto. Durante la cena en Lugo buscamos en internet una
pensión y el propietario nos esperó a nuestra llegada.
Durante el trayecto de Lugo al
pueblo conocimos a Xabi, un cordobés que empezaría el camino desde Astorga, y
Maite, una sevillana que partía del mismo pueblo que nosotros.
A la llegada al pueblo, nos
bajamos todos y mientras el chófer nos entregaba las mochilas, me distraje
tonteando con Maite para convencerla de que a la mañana siguiente empezara a
caminar con nosotros. Así pues, después de realizar el checking, ir a mi
habitación, y descolgarme la mochila me percaté de que no era la mía, la cual
iba de camino hacia Madrid en el baúl del autobús. Uupps! Pero lo peor de todo es que la medicación que
llevaba para todo el viaje estaba en esa mochila.
Después de ponerme en contacto
con la compañía de transporte, descubrí que no se podía gestionar nada hasta la
mañana siguiente. Así que solo me quedaba intentar dormir un poco.
Por tanto, y
después de esta experiencia os recomendaría que si viajas en compañía, sería
muy buena idea repartir la medicación en un par de maletas, pues nunca se sabe…
¿Queréis saber cómo continua esta
historia? En el siguiente post.
Por Jose María Prieto
Te invitamos a que visites el Aula de Enfermedad Renal de la Escuela de Pacientes, donde encontrarás mucha información de utilidad.
Ole y ole ese Megui....cuanto vales y cuanto tenemos q aprender de ti.
ResponderEliminarQuerrer es poder...y tu lo has demostrado...Sigue delitandonos con tus relatos caminante amigo
Mil gracias. Esa es la intención, continuar relatando mis viajes, jejeje
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