lunes, 4 de abril de 2016

Viajando con diálisis

Os presentamos a José María Prieto, un paciente con insuficiencia renal que va a compartir con nosotros a través  de este espacio cómo  es eso de viajar estando en tratamiento de hemodiálisis. Seguro que aprendemos mucho siguiéndolo por su ruta, que nos irá explicando a través de diferentes post. Gracias José María por compartir tu historia y bienvenido a este espacio de la Escuela de Pacientes. 

José María realizando el camino de Santiago. 
¿Piensas que estando en tratamiento de hemodiálisis no puedes moverte de tu entorno?

Me llamo José María Prieto, llevo 23 años con insuficiencia renal, y quiero demostrarte que puedes (y debes) abarcar y disfrutar de algo más que no sea tu zona habitual.

Realizar el camino de Santiago es algo que me venía rondando por la cabeza, y, un día, sin pensármelo mucho, contacté con Ana Martín, de la federación Nacional de ALCER. Le conté mi idea y rápidamente buscamos hueco en un centro de diálisis de Lugo para concretar fechas.

Decidí hacer las últimas 6 etapas del camino francés, desde Piedrafita (límite comunitario de Galicia con León) hasta Santiago.  Empecé un domingo y terminé un viernes y lo hice junto con 2 enfermeros de mi centro de diálisis en Marbella: Virgi y Javi

Los tres llegamos un sábado a las 5 de la tarde a Santiago (me dialicé el día anterior). Para llegar hasta Piedrafita debíamos coger un autobús hasta Lugo y posteriormente, a las 12 de la noche, otro que se dirigía hacia Madrid, el cual nos dejaba en el pueblo de salida durante el trayecto. Durante la cena en Lugo buscamos en internet una pensión y el propietario nos esperó a nuestra llegada.

Durante el trayecto de Lugo al pueblo conocimos a Xabi, un cordobés que empezaría el camino desde Astorga, y Maite, una sevillana que partía del mismo pueblo que nosotros.

A la llegada al pueblo, nos bajamos todos y mientras el chófer nos entregaba las mochilas, me distraje tonteando con Maite para convencerla de que a la mañana siguiente empezara a caminar con nosotros. Así pues, después de realizar el checking, ir a mi habitación, y descolgarme la mochila me percaté de que no era la mía, la cual iba de camino hacia Madrid en el baúl del autobús. Uupps!  Pero lo peor de todo es que la medicación que llevaba para todo el viaje estaba en esa mochila.

Después de ponerme en contacto con la compañía de transporte, descubrí que no se podía gestionar nada hasta la mañana siguiente. Así que solo me quedaba intentar dormir un poco.

Por tanto, y después de esta experiencia os recomendaría que si viajas en compañía, sería muy buena idea repartir la medicación en un par de maletas, pues nunca se sabe…

¿Queréis saber cómo continua esta historia? En el siguiente post.

Por Jose María Prieto

Te invitamos a que visites el Aula de Enfermedad Renal de la Escuela de Pacientes, donde encontrarás mucha  información de utilidad. 


2 comentarios:

  1. Ole y ole ese Megui....cuanto vales y cuanto tenemos q aprender de ti.
    Querrer es poder...y tu lo has demostrado...Sigue delitandonos con tus relatos caminante amigo

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  2. Mil gracias. Esa es la intención, continuar relatando mis viajes, jejeje

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