lunes, 31 de marzo de 2014

Mi experiencia como formador en el programa Paciente Activo / Paziente Bizia por Juan Carlos Mendizábal #6cronico #1activos



Juan Carlos Mendizábal es un paciente formador del Programa Paciente Activo-Paziente Bizia. de Osakidetza y nos escribe sobre su participación como paciente en la 1ª Conferencia Nacional de Pacienets Activos celebrada en Sevilla . 





 La vida da oportunidades, y a mí, además de las normales, me da dos veces al año, cuando participo como monitor a los cursos del programa paciente activo, unas cuantas oportunidades más:


Dos veces al año durante seis semanas tengo la oportunidad de encontrarme con personas que desconocía, y que posiblemente no hubiese conocido, con las que comparto un factor (la diabetes) que ponemos en común para mejorar la calidad de nuestra vida cotidiana. Ser formador me regala el conocer a todas esas personas que me ayudan a crecer.

Dos veces al año durante seis semanas tengo la posibilidad de recordar y compartir con otros qué es lo importante de verdad en mi vida, y qué puedo hacer para que la diabetes no me impida ni me limite para desarrollar lo más plenamente posible las cosas y actividades que dan sentido a mi vida.

Dos veces al año durante seis semanas puedo valorar con otros dónde estoy, dónde quiero estar, qué puedo hacer para llegar allí y qué tengo que poner en juego para que mi diabetes no se convierta en un obstáculo insalvable.

Dos veces al año durante seis semanas puedo aprender junto con otros nuevas cosas, recursos, herramientas y habilidades para convivir con mi diabetes sin que sea ella quien tome el control de mi vida.

Dos veces al año durante seis semanas aprendo a alcanzar y a hacer realidad lo que me propongo para vivir mi vida como quiero y con buena calidad de vida contando para ello  con la ayuda de otros que también lo hacen.

Dos veces al año durante seis semanas recuerdo que cuando los hábitos que he ido desarrollando para el buen control de mi salud y mi vida flojean o se han quedado olvidados en medio del día a día, puedo retomarlos y volver a ellos porque si ya fui capaz de hacerlo antes también puedo recuperarlo ahora.

Dos veces al año durante seis semanas puedo hablar de mi diabetes y compartirla con otros sin que ella sea la protagonista absoluta de mi vida, que sigue estando en mis manos.


Dos veces al año durante seis semanas comparto la vida con otros diabéticos sin que aquello sea una reunión de enfermos que sólo se cuentan desgracias. Durante esas seis semanas, dos veces al año, somos, para intentar seguir siéndolo siempre, personas que queremos vivir nuestras vidas plenamente y sabiendo que nuestra limitación, por muy crónica que sea,  no es el centro de nuestra vida.

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