Mauricio Dueñas es un paciente excepcional. Dedica parte de su tiempo libre a trabajar por los demás, a su asociación de pacientes con diabetes de Huelva o a hacer talleres para pacientes de la escuela de pacientes. Es un paciente muy activo, experto, formado e informado, ponente en congresos médicos y de pacientes y formador de la escuela de pacientes. Participará en la 1ª Conferencia Nacional de pacientes activos en un taller sobre educación y apoyo a pacientes crónicos.
Todo
empezó de casualidad, ya que el Presidente de la Asociación Huelva Diabetes no
podía asistir y pensó, pocos días antes de la convocatoria, que fuera yo en su
lugar. Lo que en principio pensé que era una reunión como asociación, me
encontré que ya estaba metido en el programa de la Escuela de Pacientes y que
iba a formar parte de un grupo de formadores de pacientes, en mi caso para
personas con diabetes. Las dos convocatorias se hicieron cortas, ya que me
encontraba muy a gusto, tanto por los formadores como por los compañeros que
iban a formar parte del mismo proyecto.
Una
vez superadas las dos sesiones en Granada, empecé en mi provincia a realizar
talleres de formación en diabetes, y como no podía ser de otra forma, el
primero siempre lo recordaré, fue en la localidad de Rociana del Condado.
Estaba un poco nervioso por enfrentarme a una experiencia nueva, y digo nueva
porque aunque yo tenía experiencia como formador en temas relacionados con mi
profesión, ahora era cuestión de hablar de algo que llevaba muchos años
viviendo conmigo pero que nunca había pensado en tener que hablar de mi
enfermedad a otros que la padecían.
En
lo más de dos años que llevo dando formación por la Provincia de Huelva, me he
encontrado con una variedad de personas que padecen diabetes, como personas que
están muy relacionadas con la enfermedad, ya que conviven con pacientes.
Al
igual que me acuerdo del primer taller, tengo un grato recuerdo del taller que
hicimos en el Hospital Infanta Elena de Huelva con niños con diabetes y sus
padres. Era muy curioso cómo se enfrentaban a la enfermedad de forma tan
distinta, los niños que la padecen y sus padres, es decir, la gran diferencia
que existe entre lo que quieren saber los niños de lo que están viviendo y lo
que quieren saber los padres para llegar a comprender la enfermedad de sus
hijos lo mejor posible, porque los padres siempre quieren que sus hijos estén
perfectamente bien, o sea, llegar a la perfección en todos los controles
diarios.
En
este taller recuerdo como un niño de 10 años, que su ilusión era comerse un
helado como sus hermanos, se levantó a darme un abrazo por convencer a sus
padres que de vez en cuando podía tomarse ese helado tan deseado.
Cada
grupo fue distinto y había que adaptar el programa a los diferentes objetivos
que tenían. De todos los grupos aprendí cosas, ya que en realidad yo contaba
mis experiencias y ellos las suyas, e intentábamos llegar a un punto donde
tanto ellos como yo creíamos que era así como teníamos que enfrentar esos
momentos difíciles del día a día de nuestra enfermedad.
Siempre
estuve acompañado de un profesional sanitario que me ayudaba cuando las
preguntas eran sobre los tratamientos. Me llegaron a confesar muchos de ellos
que habían aprendido también cosas sobre diabetes en estos talleres escuchando
las experiencias de todos.
De
esta experiencia que he vivido, y pienso seguir viviendo, me ha dado muchas
satisfacciones personales, sobre todo ver como alguien que se había rendido a
la enfermedad, retomaba con ganas la ilusión por vivir la vida junto a esta
enfermedad que no nos abandona nunca. Veía esperanza en ellos y me servía a mí,
para seguir llevando con ilusión la vida junto a la diabetes.
Como
es natural, todo en la vida es mejorable, y estos talleres tienen cosas a
mejorar y otras a reforzar. Como mejorable veo que en los talleres hay que
seleccionar las personas, ya que sería recomendable tener talleres de diabetes
tipo I y otros de tipo II, no mezclando pacientes de ambas enfermedades. Aunque
estas dos enfermedades tienen el mismo sustantivo, diabetes, su tratamiento y
la forma de enfrentarse a ellas son diferentes. Siempre hay cosas en común,
pero esa diferencia creo que se debe tratar por separado.
Como
paciente de diabetes, creo que estos talleres son muy enriquecedores. A mí me
hubiera gustado cuando empecé a padecer esta enfermedad, haber podido tener la
posibilidad de asistir a ellos. Seguro que hubiera llevado mejor mi vida con la
diabetes.
Desde
mi punto de vista, estos talleres deberían estar programados en el Sistema
Andaluz de Salud, ofreciéndose de forma continuada a todos los pacientes.
También creo que a los pacientes que hayan participado en un taller, se debería
seguir formando con otros talleres periódicamente. Estoy convencido de que
estos talleres a medio o largo plazo son muy rentables ya que las personas
pueden ser más autónomas con respecto a su enfermedad y llevarla mejor, por lo
que requerirían menor la atención del sistema sanitario.
Paciente
formado, paciente activo, paciente más autónomo, lo que implica mejor cuidado
de su enfermedad y más optimización del sistema sanitario.
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